La vista desde mi ventana
Mariposas Amarillas
Se nos murió el Gabo un Jueves Santo. Creo que leí casi toda su obra, pero ya no pude con Memorias de mis putas tristes, ni con Vivir para contarla. Claro que el problema nunca fue su obra. Yo fui la que cambié. Ya no tenía paciencia para tardes eternas de un país tropical en las que el tiempo no pasa, ni para el acentico colombiano tan parecido al tico que fue parte tan importante de mí. Había que leer de merca, y de inteligencia emocional, y la última trilogía de moda para saber qué pasa antes de que saquen la movie.
Yo sí creo en Macondo porque lo viví en carne propia.
Un cuerpo frío a la puerta de mi casa
Hoy amaneció un cadaver en la puerta de mi casa.
Lo peor del caso es que ni siquiera estoy sorprendida. No es que acostumbre recibir cuerpos frios en la mañana, o por lo menos no desde que terminé con el “individuo”. Pero mi reacción flemática tiene más que ver con la ciudad en la que vivo, y menos con mi vida personal. Vaya, mi dia a dia es demasiado común aunque espero que no corriente. Pero vivir en Monterrey se esta conviritendo en un verdadero acto de supervivencia. La ciudad está secuestrada por la delincuencia organizada. Los que acá vivimos hemos modificado nuestros hábitos para acoplarnos a los que viven al márgen de la ley, y a lo que ellos dictan y deciden. Las autoridades hacen declaraciones vacías, sólo por el gusto de escucharse a sí mismos hablar.
Hello world!
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>La divinidad de lo mundano
>La Divinidad de lo Mundano
Hay personas que tienen poco problema en encontrar su lugar en el mundo. Parece que nacen con una brújula integrada, y que ese compás siempre los lleva por el camino que los va a hacer más felices. Son totalmente superficiales y muy felices con su superficialidad. O son individuos profundos, almas complejas decididas a lograr su muy particular misión en esta vida.
Habemos otros, sin embargo, que padecemos un poco de “indecisión crónica”. Aquellos que apreciamos la importancia de la vida, pero que tranquilamente nos comemos unas puntas de ternera. Censuramos a los que usan pieles, pero somos felices las tardes de toros en la México. Queremos salvar al mundo, pero también queremos una buena fiesta. Nos preocupa nuestro desarrollo espiritual, pero ¡ah cómo nos gustan nuestros placeres mundanos!
Y es así que el título llegó a mí. Me queda claro que nunca seré de las personas que son simple y llanamente felices. Mi mente inquieta siempre se preguntará si estoy viviendo plenamente, si soy un ser iluminado, cómo meditar mejor y si no debería estar alimentando a los niños de la sierra. Mientras tanto, la diva dentro de mí va a salivar como perro de Pavlov al planear mi siguiente frívola vacación a Las Vegas.
Así que finalmente lo he aceptado y he tomado una decisión ejecutiva. No voy a ser hippie comeflores jamás. Pero tampoco puedo matar a mi conciencia a punta de patadas con zapatos de diseñador. Este “conflicto” mío, deja de ser conflicto este año. En lugar de ser división, se convierte en unión. Estos dos entes dentro de mí no me dividen, me integran.
Y así, al aceptar de lleno dos de las (muchas) facetas de mi personalidad, empiezo este blog. Acá espero dejar detrás de mí (necesidad de trascendencia) algo de lo mucho que me integra. Aunque no haya lectores, sé que participo activamente de este cyberespacio. Mi motivación también es dual: la necesidad de pertenecer a este universo es similar a la necesidad de sentirnos uno con lo Divino, mientras tanto también tengo esa necesidad de mis 15 minutos de fama que es tan típica de mi muy superficial y mundana generación.
>Puedes decirme Maestro
>Hemos terminado.
Hemos terminado.
Hemos terminado.
Necesito repetirlo tres veces, como Beetlejuice. No lo puedo creer. Después de 21 meses de desvelos, de no tener tiempo, de no contar con nuestros fines de semana, hemos terminado.
We’ve expanded our voices, we live off the script, the world is our stage and we walk the red carpet every day.
– Fernanda Meza
